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COMUNICADO DE LA PLATAFORMA POR UNA BANCA PÚBLICA – SEPTIEMBRE 2019

¡ El futuro de BANKIA merece un debate político y social !

La PLATAFORMA POR UNA BANCA PÚBLICA promovió a principios de 2017 una campaña pública para DETENER LA VENTA DE BANKIA, campaña que fue apoyada por numerosas organizaciones sindicales (CCOO, UGT, USO y CGT), partidos políticos (Unidas Podemos, Equo, Compromis, Esquerra Republicana de Catalunya e Izquierda Unida) y diversas asociaciones de la sociedad civil (Economistas sin Fronteras, Economistas frente a la crisis, Attac, FRAVM, Justicia y Paz, COPYME, etc).

Aquella campaña se basaba en la defensa de un nuevo modelo de banca pública, enraizada en la economía real de los territorios donde operase, que sumase una gestión profesionalizada y eficaz con las mejores prácticas en la gestión de sus recursos, y que sirviese, además: para introducir competencia en un mercado cada vez más concentrado; para atender, preferentemente, las necesidades financieras, de crédito, depósito, pago e inversión, de las familias y de las pequeñas y medianas empresas; y para colaborar con aquellos proyectos en los que el mercado, pese a su viabilidad, no aporta soluciones financieras acordes con su interés económico o social (innovación, sostenibilidad, nuevas energías…).

Esos objetivos siguen hoy plenamente vigentes, máxime cuando la sociedad ha asistido asombrada a unas medidas de salida de la crisis en la que las ayudas que todos los contribuyentes hemos prestado al sistema bancario para asegurar su estabilidad no han tenido ninguna contrapartida.

Ni se ha producido el cambio en el respeto a los intereses de la ciudadanía que la banca debiera haber observado en la mejora en sus prácticas para con ella, ni mucho menos se han reequilibrado económicamente las cuentas públicas con la devolución, por parte de sus accionistas con cargo a los nuevos beneficios conseguidos, de las ayudas que recibieron. Al contrario, para mejorar su reputación, agostada por las repetidas condenas de los tribunales, su mejor propuesta es gastar parte de sus ingresos en contratar servicios de marketing social.

Tampoco se ha percibido un cambio en ciertos modelos de negocio bancario que no benefician a la ciudadanía o practican operaciones de carácter especulativo con el dinero de los depositantes, al mismo tiempo que reducen o menoscaban el servicio bancario de proximidad que muchos hogares precisan.

Por otra parte, se acerca cada vez más el plazo límite que los acuerdos adoptados durante la crisis establecen para la total privatización de BANKIA, sin que se haya abordado desde los poderes públicos ninguna medida para reflexionar sobre la conveniencia de reevaluar el papel que BANKIA podría jugar en favor de los intereses públicos y, con ella, un posible cambio de estrategia. Al contrario, los gestores gubernamentales de BANKIA sólo hablan de vender para “recuperar el máximo posible de las ayudas recibidas” como si no fuera legítimo hacer uso del valor patrimonial que ya hoy representa BANKIA para promover los objetivos que antes se han señalado para una nueva banca pública.

El funcionamiento de nuestras Cajas de Ahorro hasta que los políticos llenaron buena parte de ellas de prácticas de gobernanza perversas y de gestores imprudentes, junto con otros modelos bancarios públicos en países de nuestro entorno, muestran que BANKIA puede ser muy útil a la sociedad española si se mantiene su propiedad pública junto a una gestión profesional y un control independientes y democrático de los intereses políticos.

El dinero, es decir la liquidez, y también el crédito constituye el motor que hace posible la actividad económica y por tanto deben servir para promover el bienestar de la ciudadanía. No es pues razonable ni justo que ambos estén organizados como un bien exclusivamente en manos privadas que, buscando una mayor rentabilidad, lo faciliten de forma que no repercuta en el beneficio colectivo. Un debate de esa naturaleza también se está abordando en el Reino Unido, donde el Partido Laborista ha pedido detener la privatización de RBS, y en Bélgica, con Belfius, entidades ambas fruto de nacionalizaciones en el marco de crisis financiera.

Por ello, desde aquí PEDIMOS AL GOBIERNO DE LA NACIÓN Y A LOS DIFERENTES PARTIDOS, Y PROPONEMOS A LOS SINDICATOS Y ORGANIZACIONES SOCIALES INTERESADAS, QUE CONTRIBUYAN A UN DEBATE SOCIAL Y POLÍTICOS SOBRE EL PAPEL FUTURO QUE BANKIA PODRÍA JUGAR EN NUESTRO SISTEMA FINANCIERO. ESE DEBATE DEBERÍA SERVIR PARA PONER SOBRE LA MESA LAS DIFERENTES OPCIONES QUE AÚN EXISTEN PARA PRESERVAR LA SANA COMPETENCIA EN EL SISTEMA BANCARIO ESPAÑOL, FAVORECER SU ESTABILIDAD, PROMOVER LAS BUENAS PRÁCTICAS FINANCIERAS Y, POR ÚLTIMO Y MÁS RELEVANTE, CONTRIBUIR DE LA MEJOR MANERA A LOS INTERESES GENERALES DE LA CIUDADANÍA.

Septiembre 2019 – PLATAFORMA POR UNA BANCA PÚBLICA

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