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Propuestas para que Bankia actúe ya con criterios de un banco público

La empresa española  Ecoener- Hidralia  ha sido denunciada  por  varias organizaciones  de Derechos Humanos. La financiación se realizó a través de Corporación Latinoamericana participada por Caja Madrid y después por Bankia1. La presión de los ciudadanos ha producido cambios a mejor en Bankia. Bankia vendió su parte en Corporación Latinoamericana en 2012 y, en la memoria  de 2014, se comprueba que Bankia realizó una evaluación medioambiental. Pero estas medidas para evitar el daño social y ambiental son insuficientes. Les Predator Absolado Instinct Indoor sur ce site   Bankia tiene mayoría pública en su capital social, por lo que debería  actuar como un verdadero banco público y poner los medios para que esta situación no se pueda volver a repetir:  máxima transparencia, una comisión social de selección de inversiones y un Consejo de Administración con mayoría pública (del FROB).
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Ecoener-Hidralia  pretende construir una presa hidroeléctrica en Barillas, Guatemala. Llegó en 2007 con la intención de apropiarse del Río Canbalam. Ese mismo año, en una consulta pública avalada por el convenio 669 de la OIT, más del 90% de la población se opuso a la construcción de la central. En complicidad con el gobierno, esta empresa ha estado  ejerciendo todo tipo de  intimidación, agresión y persecución  a personas de los pueblos de la zona. Incluso varios dirigentes vecinales están en la cárcel por oponerse a este proyecto y dos resultaron muertos. Ante estas atrocidades, Amigos de la Tierra , Alianza por la Solidaridad y La Asociación de  Mujeres de Guatemala vienen denunciando esta situación desde hace años.
La actividad financiera debe ser un verdadero  servicio público. Es consecuencia de que  el fin del Estado es la busca del bien común2. El crédito es necesario para impulsar la producción de bienes y servicios que satisfagan los necesidades de TODOS los humanos. Se necesita también que este crédito cumpla sus funciones para ser considerado un servicio público:  cuidar los ahorros de los ciudadanos, promover el empleo de calidad y financiar a las pequeñas y medianas empresas para que inviertan en la  producción de esos bienes y servicios necesarios. El poder descomunal que tienen los bancos, que les viene de que se les permite crear dinero bancario ( y en una cantidad mucho mayor a la que tiene un banco central de un país) explica también  que ese  poder o soberanía debe ser del pueblo.
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Pero lo que hace que un servicio público sea verdaderamente eficiente (donde incluimos a la actividad financiera) es la participación ciudadana y en concreto el control ciudadano. Y es que los servicios públicos tienen que ser gestionados eficientemente: «El gasto público realizará una asignación equitativa de los recursos públicos, y su programación  y ejecución responderán a los criterios de eficiencia y economía» (Art. 31.2  Constitución E.)
En el manifiesto de «Bankia Pública, banca pública» se dice que la banca pública tendrá una finalidad social y estará bajo gestión y control democrático y transparente.  Es interesante recordar así mismo  que en el  manifiesto que hizo ATTAC el 24 de mayo de 2010 (antecedente del manifiesto de Bankia Pública) también se dice que la banca pública debe seguir el carácter y los principios de funcionamiento de la banca ética.
Si tomamos como referencia a dos entidades de las finanzas éticas – Fiare y COOP 57- , se descubre que ambas tienen dos órganos de control «ex ante» (antes de la financiación) para seleccionar las inversiones: una comisión social y una comisión técnica.
Cualquier proyecto que pida financiación en estas entidades, tendrá que superar  el  veredicto de la comisión social, que cuida que se cumplan sus principios éticos. Este órgano de control  estará formado por personas de reconocido prestigio por su probidad, conocimientos y experiencia en  el territorio en donde se va a hacer la inversión y deberá ser aprobado por la Asamblea de Cooperativistas.
Por otra parte, el control a posteriori que requiere cualquier asociación,  necesita  que el Consejo de Dirección haya planificado unos buenos objetivos; después ir comprobando que esos objetivos se van cumpliendo y, para terminar, hacer propuestas de mejora si es que esos objetivos no se han cumplido correctamente. Eso requiere  transparencia (conocer cómo van las cosas) para permitir  la participación ciudadana.
Un ejemplo de órgano para llevar este control ( que podría copiar Bankia) es el que ha diseñado la Plataforma contra la Privatización del Canal de Isabel II. Se trata de un Observatorio del Agua, inspirado en la sociedad remunicipalizada «Aguas de París». Además de evaluar la gestión del agua  y trasmitir las quejas de los usuarios, los miembros del Observatorio del Agua debatirían sobre los problemas del agua e informarían a los ciudadanos de la marcha de la gestión. Este Observatorio sería una asamblea formada por la sociedad civil (organizaciones sociales, asociaciones de vecinos, instituciones académicas, asociaciones de usuarios…. ). Todos sus miembros serían expertos preocupados por el agua. Tres miembros de esta asamblea formarían parte del Consejo de Dirección.
Además en el Consejo de Dirección de Bankia, desde ya, se deben sentar representantes de la Administración Pública.
Está claro que no basta con el  código de conducta que tiene actualmente Bankia: profesionalidad, respeto mutuo, trabajo bien hecho, cercanía y cumplir los objetivos. Las buenas intenciones de las empresas no se suelen cumplir: hay que concretar.
Ni tampoco basta con la creación de una comisión de medio ambiente que ya en el ejercicio económico de 2014 ha realizado una auditoría medioambiental  a Bankia. Esta comisión actúa a posteriori y no evita la concesión de una mala inversión. No es un  filtro para que no se  financie un proyecto ilegítimo.
Se están dando pasos para mejorar la transparencia y perseguir la corrupción. Y esto ha sido así porque los ciudadanos han empezado a controlar.»El ojo del amo engorda el caballo» y el amo de la actividad financiera es toda la ciudadanía. Porque la soberanía está en el pueblo.
1. En la memoria de Bankia referida  al año 2014 no aparece ya esta compañia entre sus empresas participadas.
2. Informe de Alfred Zayas, relator de DDHH, sobre el I.S.D.S. de los acuerdos  comerciales  
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Aurora Martínez Hernández, miembro de la Plataforma por una Banca Pública y de Attac

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