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Intervención de Aurora Martínez de la Plataforma por una Banca Pública en la Junta de Accionistas de Bankia de 2016.

 

Buenos días.

Mi nombre es Aurora Martínez, soy miembro de la Plataforma por una Banca Pública y vengo aquí otra vez, señor Presidente, con una propuesta para usted: que «se deje la piel», como dice, en hacer que Bankia funcione, pero ya como un verdadero banco público.

Y con una petición a los presentes: que nos ayuden a que Bankia no se venda.

Y no se preocupen por el Memorandum firmado con la Comisión Europea. En él se dice que «su contenido se podrá modificar por mutuo acuerdo».

La primera medida que le proponemos para esto, Sr Goirigolzarri, es convencer al Ministro de Economía, al FROB y al Banco de España para que Bankia no se venda.

Y no se debe vender porque legítimamente Bankia es de los ciudadanos. El Estado ha puesto, sólo en medidas de capitalización, 22.424 millones de Euros, mucho más de lo que vale. Y venderla no tiene sentido. Tendríamos más banca privada y la banca privada está sobredimensionada. Lo que se necesita es otro tipo de banco: un banco público democrático, ético y sostenible. Los ciudadanos no queremos bancos como los que han llevado a la economía mundial a la crisis, con sucursales en paraísos fiscales, que especulan con alimentos, financian guerras y proyectos contaminantes o que compran voluntades políticas. Porque la actividad bancaria debe ser un servicio público que cuide el ahorro y financie a aquellas PYMES que inviertan en la economía real, y creen puestos de trabajo digno.

Tampoco Bankia se puede vender. La venta de Bankia se podría considerar una dilapidación de caudales públicos y la Plataforma por una Banca Pública junto con otras organizaciones sociales promoveríamos las acciones judiciales pertinentes contra los responsables de su venta, si esta se produjera.

Le proponemos también, que el Estado tenga una representación en el Consejo de Administración; no repartir beneficios; bajar los sueldos a los directivos; crear una comisión social que controle los proyectos que se financian, y permitir ya un órgano de representación ciudadano con funciones de control.

Y cuando la gente vea que Bankia funciona bien, comprenderá que los servicios públicos, con criterios éticos y control social sirven al interés general. ¿Saben que las finanzas éticas cada vez tienen más impositores y su morosidad es más baja que en otros bancos? Bueno, pues con Bankia estos datos podrían ser mejores, porque es de todos y no de unos pocos accionistas. Con esta nueva orientación de Bankia atraeremos a los ciudadanos que se han ido, y a otros más.

Trabajadores de Bankia, periodistas, asistentes a esta sala, ¡apóyennos para que Bankia no se venda! Muchas gracias.

 

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