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Así soluciona Botín el déficit de capital del Santander

El pasado 19 de julio el Banco Santander hizo pública la noticia de una operación por la que cede su cartera de seguros de vida riesgo en España y Portugal en reaseguro a una filial de Deutsche Bank.

Tal y como se ha publicado, supone para la entidad un beneficio extraordinario bruto de 490 millones de euros con los que logrará según datos de la propia entidad “cubrir parcialmente” las provisiones pendientes de registrar a junio de 2012 derivadas de los reales decretos-leyes aprobados por el Gobierno español en febrero y mayo sobre saneamiento de activos inmobiliarios en España.


En concreto, Santander informó de que ha firmado con Abbey Life Assurance un contrato por el que la filial de Deutsche Bank reasegurará toda la cartera de vida riesgo individual de las compañías aseguradoras de la entidad presidida por Emilio Botín en el entorno territorial de España y Portugal.

Para cualquier persona no conocedora de operaciones financieras complejas, las noticias publicadas por el Santander refuerzan una imagen de solvencia que las autoridades políticas y financieras españolas quieren transmitir para mostrar fortaleza en la actual situación de incertidumbre.


La «operación pionera» que permite al banco «poner en valor su cartera de vida riesgo” con esos enormes beneficios no supone más que un apunte contable por el que el Santander cede parcialmente las primas que recibirá en el futuro por su cartera de seguros a cambio de compartir el riesgo asociado a dichas primas. Es decir, no ha obtenido 480 millones de euros de beneficio por la venta de su cartera de seguros (que sigue siendo suya) sino que modifica el valor por el que figura su cartera de seguros en su balance y por eso se apunta un beneficio extraordinario con el que cubre parcialmente su déficit de provisiones. Santander debe provisionar en 2012 cinco mil millones de euros antes de impuestos por sus activos dañados sin tener en cuenta los requerimientos que puedan aflorar por el actual proceso de auditoría que culminará en septiembre.

De esa forma, utilizando artificios contables, se pretende cubrir el agujero en los fondos propios de la entidad sistémica más importante de España y convencer a los inversores que sus necesidades de capital pueden ser solventadas por la propia entidad sin aportación de fondos públicos.


No es esta la única operación “pionera” con la que el Santander maquilla su balance. Anteriormente puso de moda las operaciones de lease-back con las que las entidades bancarias vendieron muchas de sus sedes centrales y oficinas con obligación de permanecer en dichos inmuebles en régimen de alquiler para recomprarlos al final del contrato. No eran más que préstamos disfrazados con los que se afloraron plusvalías con ventas no reales de sus edificios corporativos para reforzar de manera ficticia su patrimonio neto.

Más de lo mismo: Argucias contables para disimular su insolvencia que son consentidas por auditores, organismos reguladores y autoridades políticas y que dejan en la más absoluta indefensión a los ciudadanos que con sus ahorros son los que proporcionan la mayor parte de su financiación a las entidades bancarias.

Carlos Sánchez Mato


Plataforma por la Nacionalización de las Cajas

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