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Será legal pero es inmoral

El 31 de diciembre pasado se publicaron las retribuciones de los altos directivos de las entidades financieras que han recibido ayudas públicas, no de todos ya que hay directivos que amparándose en la Ley de Protección de Datos no han consentido en la publicación de sus emolumentos. Estos directivos ganaron cerca de 80 millones de euros en 2011. La fecha en la que se publica, en mitad de las fiestas navideñas, parece pensada para tratar de que la noticia tenga la menor repercusión posible. De hecho, los informes relativos a Bankia, al Banco Financiero y de Ahorros, y Caja Madrid sólo estuvieron accesibles durante 48 horas y, ahora, no es posible encontrarlos ni en la web del Banco de España, ni en la del FROB, ni en el de las entidades.
En lo referente al Banco Financiero y de Ahorros, es preciso señalar los siguientes aspectos significativos.
En primer lugar, las retribuciones no incluyen conceptos como los incentivos variables de algunos directivos (que suelen constituir una parte fundamental de sus sueldos). Concretamente, Rodrigo Rato aparece en las informaciones publicadas con una retribución por todos los conceptos en el conjunto del grupo BFA por importe de 2,34 millones de euros. Sin embargo posee un programa de retribución variable (cuyos detalles no son públicos) pero que le podría reportar unos ingresos adicionales de 1 millón de euros (70% del salario bruto de Bankia).
Al año ingresará unos 3,4 millones de euros anuales. La retribución completa es 428 veces superior al salario mínimo interprofesional o casi 40 veces superior a la del Presidente del Gobierno de España. Por si eso fuera poco, el blindaje de su contrato alcanza los 4,76 millones de euros (2,8 millones fijos + 70% de variable). No está mal para un defensor de la contención de los costes salariales y del abaratamiento del coste de los despidos.
No es el único en tener ingresos escandalosamente elevados: Francisco Verdú ha cobrado en 2011 2,26 millones de euros ( a lo que hay que añadir un probable incremento de 1,2 millones en concepto de retribución variable) lo que le situaría mejor pagado incluso que Rato (3,46 millones de euros anuales). Jose Luis Olivas ha cobrado 1,6 millones de euros a pesar de su enorme responsabilidad en el escándalo del Banco de Valencia y en el escandaloso agujero de las cuentas de Bancaja.
En resumen, retribuciones legalmente aprobadas por los órganos de administración y seguramente en breve por las Juntas Generales de Accionistas. Ahora bien, ¿son estas retribuciones moralmente aceptables para unos directivos que se sostienen en sus puestos gracias a fondos públicos?
En la lista de “agraciados” por las retribuciones en diferentes conceptos tanto de BFA como de Bankia así como de las cajas de ahorro accionistas de BFA hay representación de todas las fuerzas políticas y sindicales mayoritarias. ¿Será esa una de las causas de que no se ataje la tropelía de una vez por todas?

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